Desde ti he decidido hacerme más fuerte. (hablare contigo en mis
pensamientos. Cobardemente evado esta conversación mientras irónicamente hablo
de fortaleza, como sea... continuaré por dónde iba que la idea era buena)...
Desde ti. Desde que entraste en mis pensamientos a ignorarme todo ha sido como
un matrimonio imperfecto, caminas por mis memorias hipócritamente sin dirigirme
la palabra. No me miras y por orgullo yo te ignoro, increíblemente en mis
propios pensamientos yo me he vuelto prescindible.
Ahora hablemos de mis decisiones... Bien, Mis decisiones desde
ti son tomadas por tus gustos más ambiguos, por tus caprichos más extraños
y las terquedades más inimaginables que pueda pensar. Te has vuelto dominante
en los más mínimos movimientos musculares. Controlas anatomía, horas de sueño,
respiración, modo de andar, como miro a los demás y la forma de hablar. De modo
que si!, se puede decir que has hegemonizado mi tiempo y mis decisiones a tal
punto que tienes el poder de hacerme sumir sobre cualquier discusión sin ni
siquiera objetar.
En pocas palabras niña de ojos grandes ahora dependo de ti...
Pero un momento... (me repito en mis adentros esta última oración y susurro... "hablemos
de ti"... Pero déjame primero pensar mi discurso)
Veamos; Siempre me han gustado las mujeres de ojos grandes. Pues
creo ambiguamente en el clásico estereotipo de la ventana del alma o la
ineludible declaración de emoción que te revelan los ojos cuando son sometidos
a una pregunta directa sin titubeo. Son para mí la más genuina, auténtica y al
mismo tiempo primitiva máquina de expresiones que haya podido la evolución
desarrollar... Pero en fin... tú podrás de mi discurso masticar el lado más
místico o el lado más mundano, allá tú... En todo caso, de mi experiencia...
(pausa con una pequeña risa desvaríante y continuo) so pena de ser juzgado como
un machista, puedo decir con completa seguridad que una mujer con los ojos que
tú tienes (pausa de nuevo para tragar largo, evito mirarte y continuo)... una
mujer con los ojos que tú tienes difícilmente puede evitar ser determinada por
un observador tenaz como yo. Pues resulta que inevitablemente tus ojos dejarían
como mínimo el rastro de una mirada furtiva demostrando lo que te despierta la atención,
si tu color favorito es el negro o el rosado, si te gusta alguien o no, si
prefieres la lluvia o la tarde soleada, si te lastiman los recuerdos de alguna
cicatriz, si te emocionan tus metas a futuro y bueno a donde yo realmente
quiero llegar... Si debo o no... (Súbitamente Recuerdo que hablo contigo solo
en mis pensamientos. frustrado y emocionalmente afectado abandono mi
discurso)
Si solo me dejaras esa mirada.. (Aunque sea en mis pensamientos)