17 abril 2012

Pasillos de encuentro

Te recuerdo el final o el principio, mujer de lunares tomar? -te pregunto-
Caminando con la yema de mis dedos me he perdido en la silueta de tus caderas. -y me callas-
Por qué comes la ensalada de ultima, mujer niña de mamá? -te pregunto-
En mi diatriba quería aclarar tantas cosas que dije y me lamento. -y me suspiras-
Sigues secándote la cara con suaves roces del paño? -te pregunto-
En la ducha el agua torneaba tu espalda como negándose a la gravedad -y me miras- 
Dónde dejaste las lagrimas que compraste en el mercado, mujer de labios mordidos? -te pregunto-
Me recuerdo en silencio por horas solo escuchando el llanto. -y me lloras-
Repetirías tus días si volvieras a vivir, mujer narcisa de atildado? -te pregunto-
A veces quisiera estar de nuevo nadando solo en medio del mar -y te ríes-
Me disculpas por no saludar a tu madre, mujer de rencor sangrante? -te pregunto-
Siento que por eso me dejaste de hablar. -y me hablas-
La última vez que me viste no te vi-la última vez que te vi no me viste
Nos vemos aquí? En mis palabras? En los pasillos?


¿y si te pintara más lunares en la cara?

04 abril 2012

Mirándote como si nada


Verdades? te estoy mintiendo
Mentiras? te soy honesto
Rencores? te recuerdo ebria caminando sobre un rio
Lamentos? me recuerdo gritándote desde el muelle


En aquel momento te veía correr casi desnuda sobre tus descalzos pies tras los objetos sin sentido material con sentido emocional. Detrás de ti venia la ira con sangre en las piernas.
Ya sabía que te extrañaría, gritándome la cara, mintiéndome la espalda, sudándome al ajeno, mirándome como si nada.
Hoy todavía se lo que haces, te huelo los pensamientos, te degusto los lamentos y siento tus piernas moverse entre la sabanas por las noches. Solo fue el tiempo el que me dijo que corrías detrás de mis ofrendas.
Ya sabía que me extrañarías, gritándome la cara, mintiéndome la espalda, con ganas de sudarte, mirándote como si nada.
Disfrutemos lo que viene. 
Me gusta pensar que no solo eran dos salidas para nosotros.
Me gusta pensar que todavía había una puerta blanca.
Me gusta pensar que llueve si cierras los ojos pensando en girasoles.