25 octubre 2011

Decálogo de mi agonía.


Una vez viajaba en mi pequeño carrito color arena por una carretera del centro del país, la temporada era de alguna época especial porque el sol brillaba sin que nada interrumpiera su luz, pero los pastos en vez de estar secos por el agobiante calor estaban verdes como si los mismos rayos fueran de luz fueran agua.
A la distancia solo se podía apreciar una turbia nube de mariposas amarillas que poco a poco fueron invadiendo la calzada, parecían estar estancadas buscando
asfalto y envueltas en frenesí por encontrarlo mientras los carros andaban.
Por un momento trate de evitar aquella nube amarilla revoloteando cambios de vidas, p
ero luego de un par de metros me di cuenta que no había mucho que hacer, mi lento andar no evitaba que arrollara una cantidad considerable de aquellos lindos insectos.
Hoy me preocupa haber arrollado la mariposa que en su batir de alas me haría un hombre sano.
Pues bien, aquí les voy sin tapujos y que conste que es en serio, en algún lado tenía que escribir las condiciones que en algún momento quiero que sigan.
1ro. Pueden donar mis órganos excepto las corneas.
2do. Hay un seguro a pagadero a mi madre por el banco que suelo usar.
3ro. En caso un ACV o muerte cerebral, desconecten las maquinas.
4to. El cuerpo deberá ser enterrado y de ser exhumado cremado.
5to. Que la ceremonia sea corta, no más de un día.



6to. El sepelio tendrá las condiciones católica apostólica romanas.
7mo. Que mi mujer se vuelva a casar. :(
8vo. Que me perdonen mis fechorías
9no. Que me disculpen mi honestidad
Decálogo. Que me recuerden con una sonrisa :)

17 octubre 2011

Hoy, hace días


Hoy temprano nos bañamos en esperanzas.
Pensé que algunos aceites y piedras limpiarían nuestra sucia conciencia.
Hace días que estamos curtidos de confianza. Seguimos siendo optimistas.

Hoy caminamos un poco solos en la noche.
Quería meditar mi andar en algunos de tus pasos.
Hace días que queremos correr. Seguimos estando agitados.

Hoy decidimos no desayunar comentarios.
Creo que hay tan pocos momentos para decirnos las cosas correctas.
Hace días que estamos a dieta de palabras. Seguimos en silencio.

Hoy nos contamos historias de nosotros.
Olvidaba a voluntad nuestras memorias del pasado.
Hace días que recordamos menos. Seguimos olvidando.

Hoy aprendimos que falta tanto por aprender.
Calculé que tenemos pocos chances de rendirnos antes de fallar.
Hace días que seguimos fallando. Seguimos errando.

08 septiembre 2011

Colores, Sabores, Olores.


Aparentemente discutía temas de ingeniería con una mujer rubia de ojos claros, (azules si mi memoria no me falla)

La escena era una biblioteca prolija de sucio, mesas sin desgaste y paredes pocos raídas

Habían dos hombres más que nos acompañaban, una camisa de cuadros recuerdo

Algo interrumpió la discusión que muy amena se llevaba

Todos cuatro, la mujer de ojos claros, el hombre del cual no recuerdo nada, un tercer hombre con camisa de cuadros y yo repentinamente nos paramos y caminamos en dirección a lo que parecía una escalinata

Esta gradería permanece intangible en mi memoria, revestida en concreto con acabados de piedrilla martillada tenía unos diez o doce metros de ancho sin pasamanos y cubría una altura de unos nueve metros de alto

Subir las escaleras fue un capitulo que no recuerdo, pero sé que en su ínterin nos abrigaba la angustia del tic-tac del reloj el cual marcaba pasadas las ocho de la noche más sin embargo el sol brillaba con las cualidades de un sofocante sol de las dos de las tarde

Al llegar al final de las escaleras sorpresivamente me encontré solo en un escenario soleado bajo un techo ancho que arrojaba sombra sobre un pequeño paradero, alrededor de este se ubicaba un gran estacionamiento con divisiones en pequeños cantos de grama poco cuidada

No hubo mucho tiempo de detallar ese lugar cuando arribó un vehículo de color amarillo muy sobresaliente para ese momento, dentro de él nadie conducía la maquina, nadie parecía empujarla y nada llenaba el vacio de la carrocería. Este momento fue sorpresivo y detonante, así que me dispuse sin mover más que los ojos a ver mejor el interior de esta máquina amarilla y extraña

Con lo que me daba la vista solo pude detallar un carro ochentoso con un muy bien cuidado exterior amarillo que carecía completamente de un acabado interior, solo metal y volante lo identificaban. Así que apabullado volteé la mirada a la redonda con el fin de identificar el bromista y mi sorpresa acelera el corazón al darme cuenta con el rabillo del ojo que ahora alguien estaba dentro del vehículo

Esta escena no es fácil describirla, en un pestañear alguien había aparecido en el vehículo sorpresivamente. Era un hombre que me miraba y sonreía maliciosamente tenía los ojos muy abiertos, entradas prominentes y poco cabello, estaba sentado en nada sujetando el volante de aquella máquina. literalmente el hombre estaba flotando, sonriendo y mirando alevoso mi sorpresa

Percibí entonces las anomalías de ese universo y las tomé para mi,
decidí cerrar los ojos por un segundo infinito y concentrado halé los dedos índice y medio de mi mano derecha y volverlos espadas templadas

Al abrir los ojos la escena se había vuelto en mi contra, la escalinata que hacia un momento había dejado atrás ahora se desboronaba poco apoco desde la primera escalera, dejando en pos un vacio eterno inalcanzable a la vista

El derrumbe insostenible de la gradería se acercaba a mí y parecía multiplicarse en todo lo que rodeaba, llegando hasta el pequeño techo del paradero y finalmente hasta mis pies.

En esos momentos de destrucción no corrí, hubo pánico no lo niego pero quería ver lo que ocurriría y soportarlo hasta el final.

Con aquel precipicio interminable bordeándome los pies ahora descalzos decidí cerrar los ojos nuevamente

Esta vez en mucho menos tiempo que un segundo infinito, mientras mis pestañas abatían el aire y casi se tocaban decidí convertir mi ya descalzo cuerpo carnal con dedos de espadas en un ser alado. y lo dejé caer, sentí el vacio en mi cuerpo todavía con los ojos entreabiertos, también sentía como en el caer vientos me empujaban en todas direcciones

Cuando abrí los ojos me encontré surcando una tormenta eléctrica
y entonces pude oler el hermoso sonio de los relámpagos a la distancia
escuchar el bello color brillante de los rayos que me rodeaban
y finalmente sentir el metálico sabor de los truenos

Sinestesia, era un sinestesico en mis sueños de tormentas

02 mayo 2011

Run-Run

Somos muchos aquí atrás y pocos adelante.
Somos más de mil y todos con diferentes nombres.
Nos conocemos de pila pero no de esencia.

En consideraciones de espacio suficiente lo diría de otra manera pero el sudor, la muchedumbre y el escándalo solo me permiten perder mis cabales para en última instancia gritarles;
"Aquí todos quieren correr, pero nadie sabe a dónde".




En el medio de la nada