Perdón

Inmutable con los ojos cerrados me acerco a la puerta, en un silencio perenne y negra oscuridad. Y solo quiero abrir la cerradura con mi llave, pero a mi espalda me acecha un verdugo, y como un rápido final solo escucho desde mis adentros el sonido de la piel cortándose, indescriptible, jamás oído por nadie, porque necesitas el silencio y la concentración del momento para oírla, solo la piel abriéndose, y yo inalterable me mantengo de pie sin mirar a mi verdugo a traición, y otra vez la piel se desgarra en otro punto, y una vez más hasta que asesta tres puñaladas deshonradas, y entonces ya no puedo fingir mas, solo me queda aferrarme a la llave y el cerrojo y sentir como mis piernas flaquean, y resbalo casi somnoliento por la puerta sin abrir, hasta el suelo, con mis tres puñaladas, sin nunca voltear para ver a mi acentor; hasta casi morir.

Cuchillos de plata pulida, avisos de cortesía, el desnivel del diseño, la linda compañía, el verdugo, los jueces, los testigos, la traición. Y sabía que en ese momento moriría, así que decidí disculparme. Me disculpo por no ser lo que quisiste, me disculpo por no darte lo que querías. Por no estar ahí, por negarte un abrazo, por no secarte las lagrimas, por no darte dos hijos, por negarte el cielo siendo mío, quiero disculparme además por ser el duro en los momentos que debía llorar, y por llorar en los momentos que debí ser duro, me disculpo por acostar la culpa de mis problemas en tus espaldas y por cargar tus logros en mis palabras, me disculpo por no regalarte una sonrisa todos los días, y por repetir lo mismo siempre ya sin gracia, me disculpo por darte la oportunidad de ser feliz y luego arrebatártela. Hay tantas pero tantas cosas de las que me quiero disculpar y pensé que tendría más tiempo con solo tres puñaladas, pero no fue así, antes de morir me disculpo por pagar mi propio asesinato. No me arrepiento, pero si me disculpo.

Por favor no llores, la verdad sufrí más viviendo que muriendo.