Yo y mi otro yo? 
Sentado en un gran sillón para tres
Con mis piernas entrecruzadas
Frente a un gran espejo biselado
Mirando un punto vació entre los dos metros que me separan entre yo y ese otro yo en aquel marco pulido.
El vaivén de mis piernas
Mis ojos en aquel punto inexistente
Mis pensamientos perdidos
Mi cabeza ligeramente inclinada hacia un lado
Como ignorando ese sujeto que persigue mis movimientos con una preedición increíble.
Hasta que lo miro fijamente a los ojos… y… antes de dirigirle una palabra insultante
Pienso en mis adentros
-este tipo arrogante, podría ser como yo
Mejor le regalo una sonrisa y me despido.
Dichoso nuestros destinos
Pues aquel hombre arrogante
Victima de mi cordura, también me miro y me sonrió
Y sentado en aquel marco biselado se quedo mirándome mientras me levantaba y me despedía.
P.Vargas
2 comentarios:
Los espejos a veces juegan con nosotros mostrando sólo aquello que queremos ver. La única persona que realente nos conoce en el mundo es aquél que duerme entre ese hermoso marco de manera y que a veces, quizás producto de nuestra imaginación o de algo más oscuro, nos guiña el ojo. ¿será que el cuerpo alberga dos almas?
Bonita reflexión, niño del espejo.
dios por eso te quiero tanto (K)
Publicar un comentario